El párkinson es mucho más que un trastorno motor y por eso, sólo con un enfoque asistencial integral, se puede ayudar a las personas afectadas, como a los diagnosticados con menos de 50 años, a vivir de una manera más plena y con una mejor calidad de vida.
Los primeros síntomas que suelen referirse pertenecen al ámbito motor, como un temblor en reposo, sobre todo en manos y en dedos, así como problemas progresivos de la marcha, aparte de la falta de equilibro. No obstante, los motores no son siempre los primeros síntomas en aparecer.
Además, hay que tener en cuenta que, aunque hoy en día es más prevalente entre los mayores de 65 años, aproximadamente el 15 % de los diagnosticados tienen menos de 50 años, y en casos excepcionales, la enfermedad puede manifestarse incluso antes, en niños y en adolescentes, aunque son casos raros, lo que se conoce como "párkinson de inicio temprano’, advierte el jefe de servicio de Neurología del Hospital Universitario La Luz de Madrid, David Pérez Martínez.
Este especialista recuerda que se trata de una enfermedad crónica y neurodegenerativa, la segunda más común entre los españoles tras el alzhéimer, y que afecta a un “considerable número de personas” en nuestro país, cuyo principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad es la edad de los pacientes.
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