Farmacias y hospitales llevan dos años acusando incidencias continuas con medicamentos que, en su inmensa mayoría, cuentan con una alternativa; además de los 888 problemas de suministro activos a día de hoy, en el último semestre se han resuelto otros 963, según el Centro de Información de Medicamentos (CIMA), que actualiza sus datos varias veces al día.
En este tiempo, y de acuerdo a la información de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), estos problemas han sido una constante creciente: en la segunda mitad de 2022, las trabas en la distribución de fármacos subieron un 9,7 % respecto al semestre anterior, cuando a su vez se habían disparado un 31 % sobre los primeros seis meses de 2021.
Antiinfecciosos, analgésicos y antidepresivos
Amoxicilina -que vuelve a escasear en su presentación en sobres de 500 mg-, paracetamol, las archifamosas plumas de ozempic… A estas crisis sonadas se han unido recientemente otras de fármacos menos conocidos que, a diferencia de estos, no tienen reemplazo.
Ha pasado con Hydrea, indicado para enfermedades como la leucemia mieloide crónica, que empezó a faltar en abril por la carestía de aluminio para fabricar el blíster de las pastillas y no fue hasta la semana pasada cuando volvió a distribuirse con normalidad.
De hecho, en Estados Unidos, el sector oncológico está en alerta por la escasez de 14 fármacos para el cáncer, lo que ha obligado a la industria a incentivar la producción nacional y las importaciones.
En España hay autorizados 15.490 medicamentos y 33.149 presentaciones; los más afectados son los del grupo de antiinfecciosos (de uso sistémico, no local) y los relacionados con el sistema nervioso (analgésicos, antidepresivos, antiepilépticos…), explica a EFE Antonio Blanes, director de Servicios Farmacéuticos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF).
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